En el momento de nacer, un bebé tiene en promedio 100.000 millones de neuronas, pero pocas conexiones neuronales.

Es un universo a la espera de formar la compleja estructura cerebral que le permita a lo largo de su proceso de maduración: hablar, leer, razonar y sentir.

Algunas de las neuronas tienen desde un principio una función específica que ha sido activada por los genes para llevar a cabo ciertas tareas básicas para la supervivencia fuera del vientre materno, como son: respirar, llorar o succionar. 

La conexión entre neuronas se hace a través de un proceso que llamamossinapsis que se desarrolla más intensamente durante los primeros años de vida. Las experiencias que tiene el bebé influirán en los circuitos neuronales.Las experiencias que se repitan con mayor frecuencia se fortalecerán mientras que se irán perdiendo aquellas que menos se repitan. Además del número de conexiones neuronales también es importante la velocidad y calidad de estas conexiones. El proceso vital para un normal funcionamiento del cerebro llamado mielinización empieza en el nacimiento y se desarrolla más rápidamente en los dos primeros años de vida. Un estudio reciente afirma que a los 9 meses, el proceso de mielinización  es visible en todas las zonas cerebrales y en algunas regiones se desarrolla casi como a nivel adulto.

Este rápido desarrollo del cerebro permite al niño empezar a hablar con relativa rapidez.La parte central del cerebro cuya labor es controla las funciones vitales y los reflejos que vemos en el recién nacido está más desarrollada pero la parte exterior que nos permite tener funciones y pensamientos más complejos todavía tiene mucho camino por recorrer. También necesita que los músculos de la boca y de la garganta se vayan perfeccionando, y aprender a distinguir los diversos sonidos que oye. Pero todo esto será inútil si el cerebro no ha alcanzado la madurez necesaria.

Hasta los 18 meses el lenguaje del bebé evolucionará siguiendo estos pasos:

  • El niño recién nacido hace ruiditos y atiende al sonido de la campanilla.
  • A los siete meses, el niño juega a hacer sonidos con la boca y a escuchar su propia conversación. Los sonidos que emite no son verdaderas palabras sino sólo repeticiones, por lo que le representa lo mismo decir “pa-pa” que “le-le”. Repite sonidos porque juega con ellos, del mismo modo que repite movimientos de las manos o de los pies, sin que ello signifique que quiere agarrar algo o andar.
  • Hacia los 10 meses, el niño dice su primera palabra que realmente significa algo y, además, atiende a su nombre.
  • Al año ya maneja cuatro o seis palabras reales, con significado, pero entiende más de las que sabe decir.
  • A los 18 meses el niño habla bastante, pero de una forma que sólo él y sus padres entienden y no todas las veces. También sabe nombrar dibujos y entender órdenes sencillas.

La estimulación temprana que reciba contribuirá a enriquecer las conexiones neuronales de su cerebro . El bebé para aprender a hablar, necesita tanto de la maduración del cerebro como del ambiente que le rodea y de la atenciónque se le dedica jugando con él y diciéndole cosas; en una palabra, del afecto que recibe de los que le rodean.

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